Hablar de Boccaccio es hablar de un experimentador literario
que tuvo como maestros a Dante y Petrarca. Además de introducir nuevos géneros
y experimentar con los ya existentes hay que destacar que de la mano de
Boccaccio llega la maduración de la prosa burguesa, en la que se mezclan
realismo y comicidad, lo que podemos apreciar en el Decamerón.
Sus obras las podemos dividir en dos grandes grupos: obras de juventud y obras de madurez.
Sus obras de juventud
son fruto del amor que le profesa a María de Aquino. Comienza este periodo
con sus Rime, derivadas del stil novo
y Dante.
La caza de Diana
es un poema erótico escrito en tercetos.
Su obra Filostrato
es un poema inspirado por su amor a Fiammetta y que Boccaccio, muy versado en
latín aunque no en griego, creía que este título significaba “vencido de amor”.
Se trata de un poema escrito en octavas reales, que será típico del
Renacimiento maduro. Trata el tema de
los amores de Troilo y Cresida como transfiguración de sus amores con
Fiammetta, con una expresión sencilla y directa.
Filocolo, título
también en griego aproximativo que significaría “penas de amor” sigue la
leyenda de Flores y Blancaflor, da un aire más refinado a su amor con una prosa
de estilo elevado.
Su poema Teseide,
otra vez en octavas reales, usa la leyenda tebana poniéndola en una atmósfera
de libros de caballerías con combates singulares y cierto aire de medievalismo
literario.
Su Ameto comienza
un género típico del Renacimiento: la novela pastoril, escrita en prosa, pero
con incrustación frecuente de versos y cuya finalidad es la de servir de
evasión para el lector.
En los tercetos encadenados de Amorosa visión, Boccaccio pretende gloriar a su Fiammetta como
Dante a Beatriz y para ello utiliza simbolismos tales como una dama que lleva
al poeta al castillo del Placer.
Cuando Boccaccio es rechazado por su dama, quien estaba
casada y corta amistad con el escritor, decide consolarse en una novela: Elegia de Madonna Fiammetta, donde usa
el hábil recurso de cambiar los papeles: Fiammetta, abandonada por su amado
Pánfilo, entona un largo lamento en prosa.
Obras de madurez
En este apartado destacamos dos obras: el Decamerón y el Corbacho.
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