Es cierto que cuando Salinger nació estaba muy reciente en
América la crisis del 29, también conocida como “el crack del 29”, marcada por
una caída brutal de la bolsa que arruinó al país y provocó, incluso, suicidios
desde el edificio de la bolsa de Nueva York; pero este hecho no influyó en su
educación ya que su familia contaba con una posición acomodada.


Tras este conflicto internacional se creó la ONU,
Organización de Naciones Unidas que tiene la finalidad de promover la cooperación
entre los distintos países y evitar otro conflicto de semejantes dimensiones.
Las consecuencias a nivel cultural se vieron reflejadas en
las obras, las cuales llegan a ser casi monotemáticas, ya que los autores
pretenden reflejar el estado de su nación tras el conflicto, cómo lo vivieron,
a quiénes perdieron, cómo podrán superarlo…En el caso de Salinger, quien participó en la guerra de
forma activa como militar y con la que quedó profundamente marcado (estrés
postraumático), el reflejo en sus obras es notable: tanto en Un día perfecto
para el pez banana como en Para Esmé, con amor y sordidez, es un soldado traumatizado
el protagonista.
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